Juan Varela Simó

Ciencia y arte tienen todo en común, las dos requieren atrevimiento, aceptación del riesgo del error y la posibilidad del hallazgo fortuito. No hay investigación que no parta de la observación de procesos naturales y de la experimentación.
El arte es como la evolución de las especies. El azar da lugar a una variabilidad de posibilidades enfrentadas a los cambios ambientales, o dicho de otra forma, artefactos de la imaginación del artista enfrentados a distintas formas de entender la propuesta. Como objetos de la evolución pueden dejar descendencia fértil o llegar a un callejón sin salida, y pueden, en su recorrido, dar lugar a líneas colaterales.
Las distintas formas de Arte y Ciencia confluyen; Kandinsky ya lo avanza cuando dice “Al profundizar en sus propios medios, cada arte marca sus límites hacia las demás artes; la comparación las une de nuevo en un empeño interior común. Así se descubre que cada arte posee sus fuerzas, que no pueden ser sustituidas por las de otro arte. Y así se unen las fuerzas de las diversas artes”.
La pirámide de Kandinsky es también aplicable a la Ciencia, quizá el vértice de la pirámide es el punto de convergencia de todas las aspiraciones culturales más avanzadas, procedan de la ciencia o del arte en todas sus formas. No hay expresión de belleza en el arte que no tenga equiparable en la ciencia y de alguna manera se puede llegar a explicar la emoción que produce una melodía o una combinación cromática por medio de las matemáticas, el álgebra, la física o la química.
Y aún algo más comparten las ciencias y las artes y es el disfrute del proceso, el diálogo con la obra o con el experimento en marcha. Quizá pueda existir una frustración en la obra no plenamente conseguida, pero siempre forma parte de un camino de aprendizaje.
No es extraño, pues, que tantos científicos se hayan dejado seducir por el arte, no solo de forma contemplativa sino como intérpretes o autores, de la misma forma que muchos artistas han intentado profundizar en algunos secretos de la ciencia.
Ligalismo es un término que puede definir perfectamente esta simbiosis o sinergia que lleva siglos produciéndose entre quienes intentan explicar los procesos naturales por la vía del Arte o por la vía de la Ciencia, lenguajes no tan separados como podría parecer.

Artista, ilustrador y biólogo

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